El glaucoma es una enfermedad que daña el nervio óptico del ojo. El nervio óptico se conecta a la retina (la capa de tejido sensible a la luz que recubre la parte posterior del ojo), y está formado por muchas fibras nerviosas, como un cable eléctrico que se compone de muchos cables. El nervio óptico envía señales desde la retina al cerebro, donde estas señales se interpretan como las imágenes que vemos.
En un ojo sano, un líquido claro llamado humor acuoso circula dentro de la parte frontal del ojo. Para mantener una presión constante y normal en el ojo, éste produce continuamente una pequeña cantidad de humor acuoso, mientras que una cantidad igual del líquido sale del ojo. Si usted tiene glaucoma, el humor acuoso no fluye hacia afuera del ojo correctamente. La presión del líquido que queda en el ojo aumenta y, con el tiempo, causa daños a las fibras del nervio óptico.
El glaucoma puede causar ceguera si no es tratado. Sólo una mitad de los tres millones de estadounidenses que se estima tienen glaucoma, son conscientes de que tienen la condición. Generalmente, cuando el glaucoma se desarrolla no presenta ningún síntoma temprano y la enfermedad progresa lentamente. De esta manera, el glaucoma puede robarle su vista gradualmente.
Afortunadamente, una detección temprana y su tratamiento del glaucoma (bien sea con gotas para los ojos, una cirugía de glaucoma o ambas) pueden ayudar a preservar su visión.
Glaucoma de ángulo abierto
La forma más común de glaucoma se llama glaucoma primario de ángulo abierto. Se produce cuando la red trabecular del ojo gradualmente se vuelve menos eficiente en drenar líquido. A medida que esto sucede, la presión del ojo, llamada presión intraocular (PIO), se eleva. El aumento de la presión del ojo produce daños al nervio óptico, los cuáles pueden ocurrir con diferentes presiones intraoculares en distintos pacientes. Su oftalmólogo (Doctor de los Ojos) establece la presión ideal que el ojo debe tener para prevenir un daño adicional al nervio óptico. Cada paciente tiene una presión ideal diferente.
Por lo general, el glaucoma de ángulo abierto no tiene síntomas en sus primeras etapas y la visión se mantiene normal. A medida que el daño al nervio óptico es mayor, unas manchas negras comienzan a aparecer en el campo de visión. Usualmente, estas manchas no se notan hasta que son grandes, cuando hay un daño significativo en el nervio óptico. Si todas las fibras del nervio óptico mueren, se produce ceguera.
La mitad de los pacientes con glaucoma no tienen una presión ocular alta cuando son examinados por primera vez. Por eso es esencial que el nervio óptico sea examinado por un oftalmólogo para tener un diagnóstico adecuado.
Glaucoma de tensión normal
La presión del ojo se mide en milímetros de mercurio (mm Hg), la misma unidad de medida utilizada por los barómetros que miden condiciones climáticas.
A pesar de que una presión ocular se considera normal cuando mide menos de 21 mm Hg, esto puede ser engañoso. Algunas personas tienen un glaucoma de tensión normal, o glaucoma de baja tensión. La presión del ojo es siempre inferior a 21 mm Hg, pero un daño al nervio óptico y una pérdida del campo visual todavía pueden ocurrir. Las personas con glaucoma de tensión normal suelen recibir los mismos métodos de tratamiento utilizados para el glaucoma de ángulo abierto.
En forma contraria, una hipertensión ocular es una condición por la cuál alguien tiene una mayor presión en el ojo que lo normal, pero no tiene otras señales de glaucoma, como daño del nervio óptico o espacios en blanco que aparecen en la visión periférica (lateral) cuando se hace un examen de visión. Una persona con hipertensión ocular se considera como «sospechoso de glaucoma», ya que puede estar en riesgo de desarrollar glaucoma en el futuro. Al igual que las personas con glaucoma, las personas con hipertensión ocular deben ser evaluadas de cerca por un oftalmólogo para asegurarse de que reciban el tratamiento adecuado.
Glaucoma de ángulo cerrado (también conocido como glaucoma de ángulo estrecho)
El glaucoma de ángulo cerrado (o de ángulo estrecho) es una forma menos común de glaucoma. El glaucoma de ángulo cerrado ocurre cuando el ángulo de drenaje de los ojos se bloquea. A diferencia del glaucoma de ángulo abierto, la presión intraocular sube muy rápido. La presión aumenta cuando el iris (la parte coloreada del ojo) bloquea el ángulo de drenaje parcial o totalmente. Las personas de origen asiático y aquellos con hipermetropía (visión de lejos) tienden a estar en mayor riesgo de desarrollar este tipo de glaucoma.
Si el ángulo de drenaje se bloquea totalmente, la presión del ojo aumenta rápidamente produciendo un ataque de glaucoma de ángulo cerrado. Los síntomas de un ataque incluyen:
- Dolor severo en los ojos o la frente;
- Enrojecimiento del ojo;
- Disminución de la visión, o visión borrosa;
- Visión de arco irises o halos;
- Dolor de cabeza;
- Náusea;
- Vómito.
Un ataque de glaucoma de ángulo cerrado es una emergencia médica y debe ser tratado inmediatamente. Desafortunadamente, las personas en riesgo de desarrollar glaucoma de ángulo cerrado a menudo tienen pocos o ningún síntoma antes de un ataque.
Glaucoma congénito
El glaucoma congénito es un tipo raro de glaucoma que se desarrolla en bebés y niños pequeños y puede ser hereditario.
Glaucoma secundario
El glaucoma secundario se deriva de otra condición o enfermedad del ojo. Por ejemplo, una lesión en el ojo, haber tenido una terapia con esteroides a largo plazo, o un tumor pueden causar un glaucoma secundario.
Causas del Glaucoma
Apr. 16, 2014
Las causas del glaucoma incluyen una presión ocular elevada (llamada presión intraocular o PIO) debido a la incapacidad del ojo de drenar líquido de manera eficiente.
Un líquido claro llamado humor acuoso circula dentro de la parte de delantera de los ojos. Para mantener una presión constante en un ojo sano, el ojo produce continuamente una pequeña cantidad de humor acuoso, mientras que la misma cantidad de este líquido sale del ojo. El líquido fluye a través de un drenaje muy pequeño llamado red trabecular, una compleja red de células y tejidos en un área llamada ángulo de drenaje.
Si el ángulo de drenaje se bloquea, el exceso de líquido no puede salir del ojo, causando que la presión del fluido aumente.
Cuando se tiene glaucoma, el humor acuoso no fluye a través de la red trabecular correctamente. Si el ángulo de drenaje se vuelve menos eficiente en drenar el líquido, como en un glaucoma de ángulo abierto común, el exceso de líquido no puede salir del ojo correctamente, haciendo que la presión intraocular (PIO) aumente. Con el tiempo, una PIO elevada causa daños a las fibras nerviosas. Si el ángulo de drenaje se bloquea totalmente, la presión del ojo se eleva rápidamente, resultando en un ataque de glaucoma de ángulo cerrado o estrecho, el cual conlleva dolor en los ojos y la frente, náusea y vómito. Un ataque de glaucoma de ángulo cerrado es una emergencia médica y debe ser tratado inmediatamente.
En algunos casos, el daño al nervio óptico entre diferentes pacientes puede suceder con un nivel de presión del ojo diferente. Su oftalmólogo (Doctor de los Ojos) establece la presión ideal que el ojo debe tener para prevenir un daño adicional al nervio óptico. Cada paciente tiene una presión ideal diferente.
Algunas personas tienen un glaucoma de tensión normal, o glaucoma de baja tensión. La presión del ojo es siempre inferior a 21 mm Hg, pero un daño al nervio óptico y una pérdida del campo visual todavía pueden ocurrir.
El glaucoma congénito es un tipo raro de glaucoma que se desarrolla en bebés y niños pequeños. Puede ser hereditario, y ocurre cuando el sistema de drenaje del ojo no se desarrolla completa o correctamente antes del nacimiento.
Con frecuencia, el glaucoma puede ser causado por otras afecciones o enfermedades oculares. Esta condición se conoce como glaucoma secundario. Por ejemplo, alguien que tiene un tumor, o personas que se han sometido a una terapia de esteroides por un largo período de tiempo, pueden desarrollar un glaucoma secundario. Otras causas de glaucoma secundario incluyen:
- Lesiones en el ojo;
- Inflamación de los ojos;
- Formación de vasos sanguíneos anormales debido a una diabetes o a una obstrucción de los vasos sanguíneos retinianos;
- Uso de medicamentos con esteroides (pastillas, gotas, aerosoles);
- Una dispersión de la pigmentación del iris (la parte coloreada del ojo) en pequeños fragmentos o gránulos, pueden circular en el humor acuoso (el líquido dentro de la parte frontal del ojo), y bloquear la red trabecular, el pequeño sistema de drenaje del humor acuoso.
Si usted sido ha diagnosticado con glaucoma por su Doctor de los Ojos, su médico le hablará acerca de posibles opciones de tratamiento del glaucoma, como gotas para glaucoma y/o cirugía de glaucoma.
Síntomas del Glaucoma
Apr. 16, 2014
Sólo la mitad de las personas que tienen glaucoma son conscientes de que tienen la condición. Cuando el glaucoma se desarrolla, por lo general no presenta síntomas tempranos. Es por esto que el glaucoma puede «robarle» su vista de manera gradual.
Síntomas del glaucoma
En sus primeras etapas, el glaucoma de ángulo abierto no presenta síntomas obvios. A medida que la enfermedad progresa produce más daño, se desarrollan puntos ciegos en la visión periférica (lateral). Estos puntos pueden pasar desapercibidos hasta que el nervio óptico haya tenido graves daños, o hasta que sea detectado por un oftalmólogo durante un examen completo de los ojos.
Personas en riesgo de desarrollar glaucoma de ángulo cerrado (también llamado glaucoma de ángulo estrecho) ,el cuál hace que el ángulo de drenaje del ojo se bloquee, por lo general no presentan síntomas antes de un ataque, aunque algunos síntomas iniciales pueden incluir visión borrosa, halos, dolor de cabeza o dolor ocular leve. Un ataque de glaucoma de ángulo cerrado incluye los siguientes síntomas:
- Dolor severo en los ojos o la frente
- Enrojecimiento del ojo
- Disminución de la visión, o visión borrosa
- Visión de arco irises o halos
- Dolor de cabeza
- Náusea
- Vómito
Las personas con «glaucoma de tensión normal» pueden tener su presión ocular dentro de rangos normales, pero presentan señales y síntomas de glaucoma, tales como puntos ciegos en su campo de visión y daño al nervio óptico.
Algunas personas pueden no presentar síntomas de glaucoma, pero pueden tener una presión ocular más alta de lo normal (llamada hipertensión ocular). Estos pacientes son considerados como «sospechosos de glaucoma», y deben ser evaluados cuidadosamente por un oftalmólogo.
Diagnóstico del Glaucoma
Apr. 16, 2014
Uno de los problemas con glaucoma, especialmente el glaucoma de ángulo abierto, es que generalmente no hay síntomas en las primeras etapas. Muchas personas que tienen la enfermedad no son conscientes de que la tienen. Es por esto que es importante someterse a exámenes de la vista hechos por un Doctor de los Ojos, especialmente a medida que se envejece.
Exámenes de glaucoma
Su oftalmólogo le hará los siguientes exámenes durante una evaluación exhaustiva de glaucoma:
Medición de la presión del ojo (tonometría)
El médico mide la presión ocular mediante una tonometría (ver foto arriba). El examen de la presión del ojo es una parte importante de la evaluación de glaucoma. Una lectura de presión alta es a menudo el primer signo de que usted tiene glaucoma. Durante esta prueba, su ojo es insensibilizado con gotas para los ojos. Su médico usa un instrumento llamado tonómetro para medir la presión ocular. El instrumento mide cómo la córnea resiste la presión.
Por lo general, la presión normal del ojo oscila entre 10 y 21 mm Hg. No obstante, personas con un glaucoma de tensión normal puede tener daños en su nervio óptico y pérdida del campo visual, a pesar de que su presión ocular continúe siendo sistemáticamente inferior a 21 mmHg.
Tratamiento del Glaucoma
Apr. 16, 2014
El tratamiento de glaucoma depende del tipo específico de glaucoma, su gravedad y respuesta al tratamiento.
Medicamentos para el glaucoma
Gotas medicinales son la forma más común para tratar el glaucoma. Estos medicamentos reducen la presión del ojo de dos maneras: 1. disminuyendo la producción de humor acuoso; o 2. mejorando el flujo a través del ángulo de drenaje.
El colirio debe aplicarse todos los días. Al igual que cualquier otro medicamento, es importante que se apliquen las gotas para los ojos con regularidad, según lo prescrito por su oftalmólogo.
Nunca cambie ni deje de tomar sus medicamentos sin consultar a su médico. Si el medicamento se está agotando, pregunte a su médico si debe ser ordenado de nuevo.
Si usted sufre de glaucoma, es importante decir a su oftalmólogo su historia médica y las medicinas que toma actualmente. Lleve una lista de sus medicamentos con usted a su cita para los ojos. También informe a su médico de atención primaria y a otros médicos que esté consultando sobre los medicamentos que está tomando para el glaucoma.
Cirugía de glaucoma
La cirugía se recomienda a algunos pacientes con glaucoma. Una cirugía de glaucoma mejora el flujo de líquido hacia afuera del ojo, lo que resulta en la presión baja del ojo.
Trabeculoplastia con láser
Una cirugía llamada trabeculoplastia con láser se usa a menudo para tratar el glaucoma de ángulo abierto. Hay dos tipos de cirugía: trabeculoplastia con láser de argón (TLA, o ALT por sus siglas en inglés) y trabeculoplastia selectiva con láser (TSL, o SLT por sus siglas en inlglés).
Durante una cirugía TLA, un rayo láser hace quemaduras pequeñas, espaciadas uniformemente en la red trabecular. El láser no crea nuevos agujeros de drenaje, sino estimula el drenaje para que funcione más eficientemente.
Durante una cirugía TSL, un rayo láser de baja energía apunta hacia células específicas en los canales de drenaje (similares a una malla o red), utilizando aplicaciones de luz muy cortas. El tratamiento ha demostrado bajas en la presión ocular, comparables con una TLA.
Incluso si la trabeculoplastia con láser se realiza correctamente, la mayoría de los pacientes continúan tomando medicamentos para el glaucoma después de la cirugía. Para muchos, esta cirugía no es una solución permanente.
Aproximadamente la mitad de quienes reciben este tipo de cirugía desarrollan aumento de la presión del ojo de nuevo en un período de cinco años. Muchas personas que han tenido un éxito con una trabeculoplastia con láser repiten el tratamiento.
La trabeculoplastia con láser también puede ser utilizada como una primera línea de tratamiento para los pacientes que no están dispuestos o no pueden usar gotas para el glaucoma.
Iridotomía con láser
La iridotomía con láser se recomienda para el tratamiento de las personas con glaucoma de ángulo cerrado y para quienes tienen un ángulo de drenaje muy estrecho. Durante ésta cirugía, un láser crea un pequeño agujero del tamaño de la cabeza de un alfiler a través de la parte superior del iris para mejorar el flujo del humor acuoso hacia el ángulo de drenaje.